domingo, 17 de enero de 2010

Conferencia de Bandung


Entre los días 18 y 25 de abril de 1955, convocados por Indonesia, India, Ceilán, Pakistán y Birmania, países liberados de la tutela colonial, representantes de 29 Estados de Asia y África se reunían en Bandung, dispuestos a elaborar una estrategia común, en un mundo, que cada vez con mayor claridad, aparecía como un juego de intereses entre dos grandes bloques.

Representaban a 1.500 millones de seres humanos con sólo el 8% de la renta mundial. Aquella humanidad de color, contemplada desde nuestros días, ofrecía una gran heterogeneidad. Allí estaban China, representada por su primer ministro Chu En-lai; el Vietnam de Ho Chi Minh y el de Ngo Ding Diem; Filipinas, feudo norteamericano desde su guerra con España; Japón, que pronto se lanzará al milagro desarrollista; Turquía, Irán e Irak, a punto de concluir acuerdos defensivos con Gran Bretaña; Ghana, todavía con el nombre de Costa de Oro y a punto de alcanzar la independencia, junto a los únicos Estados soberanos de África, Egipto, Etiopía, Liberia y Sudán.

La asamblea tercermundista elaboró un documento en el que se condenaban el colonialismo, la discriminación racial y la carrera de armamentos. En el punto 6 de la declaración final se pedía la "abstención de toda participación en acuerdos de defensa colectiva que sirvan los intereses de una gran potencia".

En un mundo dividido por la guerra fría, los pueblos de Asia y África proclamaban su neutralidad, su equidistancia entre sistemas sociales que se manifestaban antagónicos y su voluntad de mantenerse alejados de unas diferencias ajenas a sus intereses.

Propuestas

La Conferencia Afroasiática ha prestado seria atención al problema de la paz y de la cooperación mundial. Ha examinado con profunda preocupación el actual estado de tensión internacional con el consiguiente peligro de una guerra atómica mundial. El problema de la paz está ligado al problema de la seguridad internacional. A este propósito, todos los Estados deben cooperar, sobre todo, a través de las Naciones Unidas en realizar puede promover la paz internacional y la energía atómica puede ser usada exclusivamente para fines pacíficos.

Todas las naciones deberían tener el derecho de escoger libremente sus sistemas políticos y económicos y la reducción de las armas atómicas bajo un válido control internacional. En este modo de vida en conformidad con los fines y principios de la Carta de las Naciones Unidas.

Libre de sospechas y de miedos y animados por la fe y buena voluntad de una hacia otra, las naciones deberían practicar la tolerancia y vivir juntas en paz y de buenos vecinos a desarrollar una cooperación amigable sobre la base de los diez principios siguientes:

1. Respeto por los derechos fundamentales del hombre y para los fines y principios de la Carta de las Naciones Unidas.
2. Respeto para soberanía y la integridad territorial de todas las naciones.
3. Reconocimiento de la igualdad de todas las razas y de todas las naciones, grandes y pequeñas.
4. Abstención de intervenciones o interferencia en los asuntos internos de otros países.
5. Respeto al derecho de toda nación a defenderse por sí sola o en colaboración con otros Estados, en conformidad con la Carta de las Naciones Unidas.
6. a) Abstención de participar en acuerdos de defensa colectiva con vistas a favorecer los intereses particulares de una de las grandes potencias.
b) Abstención por parte de todo país a ejercitar presión sobre otros países.
7. Abstención de actos o de amenaza de agresión y del uso de la fuerza en los cotejos de la integridad territorial o de independencia política de cualquier país.
8. Composición de todas las vertientes internacionales con medios pacíficos, como tratados, conciliaciones, arbitraje o composición judicial, así como también con otros medios pacíficos, según la libre selección de las partes en conformidad con la Carta de las Naciones Unidas.
9. Promoción del interés y de la cooperación recíproca.
10. Respeto por la justicia y las obligaciones internacionales.
La Conferencia Afroasiática declara su convencimiento de que una cooperación amistosa en conformidad a estos principios y desarrollo de la paz y seguridad internacionales, mientras la cooperación en el campo económico-social y cultural contribuiría a crear una común prosperidad y el bienestar de todos

La Conferencia Afroasiática, después de haber discutido los problemas de los pueblos dependientes y del colonialismo y los males que de ellos se derivan, se ha encontrado de acuerdo:

1. En declarar que el colonialismo, en todas sus manifestaciones, es un mal al que hay que poner fin rápidamente.
2. En afirmar que la sujeción de los pueblos al yugo extranjero, la dominación y la explotación que constituyen la negación de los derechos fundamentales del hombre, están en contradicción con la Carta de las Naciones Unidas y son un obstáculo para el desarrollo de la paz y de la cooperación mundial.
3. En declarar su apoyo a la causa de la libertad y de la independencia de todos los pueblos dependientes y, por último,
4. El llamar a las potencias interesadas a fin de que concedan libertad e independencia a estos pueblos.

1 comentario:

  1. M parce que este trabajo es muy interesante y complementaria para nuestra clase saludos amalia

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